Viaje por la Galicia más divertida

Desprovisto ya en buena medida de su significado original de conmemoración de un episodio bíblico, el Día de los Santos Inocentes, que se celebra el 28 de diciembre, ha pasado a ser sinónimo de bromas. Pero en Galicia, tierra de retranca, las risas son algo que se extiende por el tiempo y el territorio y que está presente en los ámbitos más diversos de nuestra vida más allá de esta jornada enclavada en los festejos navideños. A continuación te proponemos un viaje por algunos de los lugares y jornadas en los que se deja ver nuestra pasión por el humor.

 

Museo do Humor de Fene

Entre las decenas de museos temáticos que existen en Galicia no podía faltar uno dedicado de forma monográfica al humor. Está en Fene y fue inaugurado en 1984 gracias al empeño del ilustrador y humorista gráfico Xaquín Marín y al apoyo del ayuntamiento. En sus instalaciones se pueden ver más de 300 obras originales de los principales humoristas gallegos, así como de artistas del resto de España y de creadores internacionales. También cuenta con varias esculturas, una colección de publicaciones y unos espejos cóncavos y convexos para que los visitantes puedan reírse de sí mismos.

 

Plaza del Humor de A Coruña

La ciudad de A Coruña también cuenta con un espacio consagrado a los maestros del humor. En este caso se trata de un céntrica plaza, conocida antiguamente como la Plaza de los Huevos por el mercado que allí se celebraba y que hoy en día sirve para homenajear a algunos de los autores gallegos mejor dotados para la sátira y la retranca y otros creadores y creaciones de alcance universal. Dos esculturas de Álvaro Cunqueiro y Castelao descansan en sendos bancos de piedra junto a los bustos de Julio Camba, Vicente Risco y Wenceslao Fernández Flores y a las imágenes grabadas en el suelo de Groucho Marx, Mafalda y Mark Twain, entre otros autores y personajes.

 

Esculturas de Floreano y O Carrabouxo 

Son muchos los personajes humorísticos que han salido de la mente de los creadores gallegos, pero son pocos los que pueden presumir de haber sido inmortalizados en una escultura de bronce. Uno de ellos es Floreano, el popular personaje ideado por el humorista gráfico Gogue hace más de 30 años. Desde hace casi una década disfruta de su inseparable taza de vino en una céntrica plaza de O Grove, localidad natal de Gogue. Similar homenaje en bronce recibe en las calles de Ourense desde el año 2002 O Carrabouxo, el famoso personaje con el que Xosé Lois González viste de sátira la actualidad desde las páginas de la prensa.

 

Monasterio de Samos

Ora et labora (reza y trabaja) es una expresión latina que resume la forma de vida en el interior de los monasterios benedictinos y que no invitaría a incluir un cenobio en una guía del humor. Pero en el caso de San Xulián de Samos hay pruebas de que entre los canteros que allí trabajaron había alguien dispuesto a hacer algo más que rezar y trabajar. Así nos lo demostró esculpiendo una broma para la posteridad, que bien podría considerarse como un antecedente del clásico “tonto el que lo lea”. En una de las claves de la bóveda del claustro gótico o de las Nereidas se puede leer la frase grabada en piedra “que miras bobo”.

 

Catedral de Santiago de Compostela

Meta del Camino de Santiago y uno de los principales monumentos de Galicia, la Catedral compostelana es otro espacio para la oración y el recogimiento que guarda entre sus paredes centenarias algunas muestras del sentido del humor de quienes allí trabajaron. La pícara mirada que muestra la estatua del profeta Daniel en el Pórtico de la Gloria y que se asocia a la contemplación del busto de la figura de Esther es una prueba de ello. Además, en un capitel de la zona de las cubiertas del templo se puede ver un trasero esculpido en piedra que, según algunos estudiosos, habría sido la jocosa manera elegida por un cantero para plasmar su malestar por las malas condiciones laborales de la época. Y en lo alto de una apartada columna del interior de la catedral hay una pequeña talla de una persona que, según algunos estudiosos, podría ser el autorretrato de otro cantero.

 

Bromas compostelanas

El humor relacionado con la piedra se extiende también al entorno de la catedral compostelana en forma de bromas tradicionales. Las dos más recurrentes tienen por escenario sendas fuentes (las situadas en las plazas de Cervantes y Platerías) y una mecánica común: invitar a alguien a que trate de ver la parte de la escultura que se esconde bajo el agua y salpicarle cuando se asoma para hacerlo. Un clásico compostelano que se viene repitiendo desde hace generaciones.

 

El entroido

Pocas fiestas tradicionales hay en nuestro calendario tan irreverentes como el entroido. Entregarse a los excesos en víspera de la Cuaresma cumpliendo con ritos seculares son algunos de los ingredientes de una celebración en la que el humor, las bromas y las risas juegan un papel fundamental. La batallas del Domingo Fareleiro de Xinzo de Limia y de la Farrapa de Laza son solo dos muestras del espíritu lúdico y divertido de una celebración que tiene otras de sus citas más destacadas en Viana do Bolo, Cobres (Vilaboa), Manzaneda, la comarca del Ulla, Maceda y Vilariño de Conso. Para gozar de ellas hay que esperar a los días y semanas previos a la Cuaresma, aunque en Xinzo de Limia es posible acercarse a esta celebración durante todo el año gracias a su Museo Galego do Entroido.

 

La noche de San Xoán

Las tradicionales hogueras no son las únicas protagonistas del San Xoán en Galicia. La noche más corta del año compite en muchas localidades con el Día de los Santos Inocentes por el trono de la gran jornada de las bromas. Especialmente en el mundo rural es frecuente que durante esa velada los jóvenes se entreguen a la tarea de mover carros, arados, otros aperos de labranza e, incluso, pequeñas embarcaciones de pesca de sus lugares habituales a céntricos espacios de pueblos y aldeas o a lugares de difícil acceso.

 

El Día de los Engaños

“O un de abril van os burros onde non deben de ir”, dice un refrán tradicional demostrando la preponderancia que en tiempos tuvo en Galicia el 1 de abril sobre el 28 de diciembre como jornada de bromas. Esa tradición entronca con el April Fool’s Day anglosajón y con costumbres similares de países como Alemania, Francia o Bélgica, tal como documentó Otero Pedrayo en su Historia de Galiza. Es una jornada de bromas y de noticias falsas que en los últimos años ha cobrado impulso gracias a las iniciativas puestas en marcha por diversas entidades.

 

 

 

 

 

 

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