Está muy bien el turismo para descansar, relajarse, desconectar, hacer vida tranquila… Pero, para la gente más animada, que busca emociones fuertes, una buena opción es el turismo activo, en busca de aventuras y experiencias nuevas, y si son con casco, mejor. Es hora de hablar del… ¡turismo de alto riesgo!
En el interior de la Mariña lucense, próximo a Asturias, está A Pontenova, municipio atravesado por el Eo que pertenece a la Reserva de la Biosfera Oscos-Eo y Terras de Burón. El paisaje está marcado por los altos hornos de ladrillo, imponentes, y demás restos de la explotación minera. Pues, ¿qué tal una panorámica de la zona desde una altura de 80 m? Solo tenemos que lanzarnos por una de las tirolinas más largas de Galicia: la Tirolina das Minas, de más de 300 m de longitud. La instalación está inspitada en el antiguo tranvía aéreo que llevaba el mineral desde la Mina Consuelo hasta la Mina Boulloso. Ojo, solo podemos subir si pesamos entre 50 y 110 kg, no nos vaya a llevar el viento, o no vayan a ceder los cables… El recorrido dura 40 segundos, pero bien vale la pena. Además de ir en tirolina, se puede visitar la Mina Consuelo, hacer la Ruta de los Hornos, o pasear en cuadriciclo por la Vía Verde. Por cierto, ¿no pasaba por aquí el Eo? Pues sí, y podemos descenderlo en canoa, en plan tranquilo, o por los rápidos, a las bravas.
La tirolina de Mazaricos, en el Parque de Aventuras Naturmaz, es otra de las largas: nada menos que 330 m de longitud desde 77 m de altura. Desde lo alto disfrutamos de vistas que van desde el Val de Dumbría hasta el monte Pindo. En el parque, también hay un rocódromo de 12 m de altura, un circuito con puentes colgantes, campos de paintball, pista de vuelo, tiro con arco, rutas en káyak.
Y, sin dejar el casco, seguimos de turismo por las alturas, esta vez pegados a los acantilados de Cedeira, para recorrer la primera vía ferrata de Galicia siguiendo la Senda do Santo. Las vías ferratas son rutas en las montañas preparadas ya con instalaciones fijas, como grapas o cables, para que se pueda ir por ellas. No se puede subir de cualquier manera, claro, hay que ir con guía, obligatorio excepto en el caso de escaladores federados, y con el equipo personal: casco, arnés, guantes y disipadores con mosquetones. Por otro lado, hay que pesar entre 40 y 130 kg y medir más de 135 cm y, por supuesto, ser muy responsables para evitar situaciones de peligro. No hay que tener experiencia en escalada, pero sí aprender el uso de técnicas y materiales. Conviene estar en forma y, por supuesto, no tener vértigo, pues estaremos a unos 20 m de altitud en medio de los acantilados de la Serra da Capelada, en un paisaje increíble. Además, tenemos que ir en fila, por lo que no podemos dar marcha atrás.
De alturas también va el barranquismo, que es el descenso a pie por el cauce alto de un río. Los trayectos son accidentados, así que hay que saltar, nadar, rapelar… que es lo divertido. Es importante llevar un buen equipo personal y hacer la actividad acompañados. Hay cañones con dificultad baja, para disfrutar en familia, por ejemplo, como el de las Pozas de Melón; con obstáculos más importantes, como el del río Verdugo, y ya para profesionales, como el del Xallas. Además de casco y arneses, hay que llevar traje de neopreno, calzado adherente, cabos de anclaje, etc.
Cada vez hay más parques multiaventuras que ofrecen actividades de mayor o menor riesgo, como el Ecoparque de Marín, con circuitos arbóreos de diferentes grados de dificultad; el Galipark de Padrón, con actividades de rafting, escalada, paintball…; el circuito aquakart de Sanxenxo, donde se practica karting acuático en un lago de 25.000 m2 ; el parque multiaventuras de Manzaneda; el Ecoparque Atalaia, en Cotobade; The Lost Tourist, en Combarro, con rutas de moto acuática, el Turac aventura de Vigo, con actividades de barranquismo, puenting, hidrospeed, etc.
Y tanto subir y descender alturas, lo mismo olvidamos que en el interior de las montañas también hay cosas que ver. Aquí el turista tiene que llevar casco con linterna. Hay varios lugares donde se puede hacer turismo espeleológico, que también comporta su riesgo. En la Serra da Enciña de Lastra, hay muchas “palas”, que es como llaman allí a las cuevas, para explorar (Pala Cumbeira, Pala da Zorra, etc.). Por otro lado, en Mondoñedo está la famosa Cova del Rei Cintolo, que tiene la gruta horizontal más grande del noroeste peninsular.
Hay días soleados, con viento suave, perfectos para dar un paseo por los aires, sintiéndonos pájaros. En Galicia hay varios lugares donde se puede hacer parapente, sin necesidad de experiencia previa, en equipos biplaza con piloto. Solo tenemos que llevar calzado adecuado y ropas deportivas o de montañismo bien abrigosas. Y, luego, elegir destino y atreverse. Hay zonas de vuelo en la Mariña lucense, Ferrol, A Coruña, Triacastela, Vimianzo, Portosín, Chantada, Quiroga, Cercedo, O Morrazo, A Rúa, Oia, Ourense, Baltar…