El Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia es la joya de la corona del patrimonio ambiental de Galicia, pero la comunidad dispone también de otros muchos espacios capaces de sorprender y maravillar al visitante por sus paisajes y su naturaleza desbordante. Seis de ellos han sido declarados parques naturales y con motivo del Día Europeo dedicado a estos espacios protegidos te invitamos a descubrirlos. Naturaleza en su estado más puro, vistas bucólicas que parecen sacadas directamente de una postal y la calma más absoluta. Cuando visites estos lugares recuerda que su gran valor ecológico, la belleza de sus paisajes y la representatividad de sus ecosistemas, hacen de ellos espacios que todos tenemos la responsabilidad de preservar. No te pierdas este viaje a través de las más de 50.000 hectáreas que conforman el legado natural de Galicia.
Complexo Dunar de Corrubedo e Lagoas de Carregal e Vixán
Ribeira (A Coruña)
Más de 1 km de largo, entre los 200 y 250 metros de ancho y 15 de alto convierten la gran duna en el principal atractivo de este parque natural. Se trata de la duna móvil más grande del noroeste peninsular. Además, dentro del mismo parque podrás disfrutar de las paradisíacas playas de A Ladeira y O Vilar.
De visita obligada son sus dos lagunas, muy diferentes entre sí, una de agua dulce (Vixán) y otra salobre (Carregal). Estas extensas zonas de marisma, forman un extenso hábitat de importancia internacional en el que las aves acuáticas son las principales protagonistas. El parque cuenta con una red de caminos que permiten no invadir las zonas protegidas, guiando a sus visitantes de una forma completa y respetuosa. En las inmediaciones de la zona protegida el mirador de la Pedra da Ra regala a sus visitantes una impresionante vista panorámica abarca todo el Parque Natural.
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Fragas do Eume
Cabanas, A Capela, As Pontes de García Rodríguez, Monfero y Pontedeume (A Coruña)
Este parque natural de 9.125 hectáreas puede presumir de ser el bosque atlántico costero mejor conservado de Europa y uno de los pocos de sus características en todo el continente. Un espacio único en el que dejar atrás la rutina de las ciudades y conectar con la naturaleza. Este extraordinario tesoro botánico a orillas del río Eume, que ha sobrevivido a duros inviernos, sequías e incluso incendios, guarda en su interior la huella del tiempo. De la mano de sus habitantes podrás sumergirte en su historia: 28 especies de helechos que pueblan el bosque desde el período geológico Terciario, robles, castaños y abedules centenarios, más de cien especies de aves, cuarenta y una de diferentes mamíferos, peces, especies endémicas de invertebrados y reptiles difíciles de localizar en otros lugares como la rana ibérica o la salamandra rabilarga. Dos monumentos de la época medieval se esconden también en este paisaje de verdes: el Monasterio de San Xoán de Caaveiro, que en pleno corazón de las fragas ofrece una espectacular vista de las mismas, y el Monasterio de Santa María de Monfero, del cual destaca la singular fachada de su iglesia barroca.
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Baixa Limia y Serra do Xurés
Entrimo, Lobios y Muíños (Ourense)
De entre los 6 parques que conforman esta selección de espacios naturales de Galicia, el de Baixa Limia y Serra do Xurés es el de mayor extensión. Con una altitud media de 1.000 metros y una superficie de 30.000 hectáreas, este parque natural destaca por su extraordinario paisaje, grabado en piedra granítica y por su amplia gama de verdes. Configura, junto con el vecino Parque Nacional Peneda-Gerês, en Portugal, el núcleo de la Reserva de la Biosfera Transfronteriza Gerês-Xurés. Sus visitantes podrán recorrer más de 130 km de senderos acondicionados observando los típicos “bolos graníticos” o “pedras cabaleiras”, de origen glaciar que salpican su paisaje. Alzando la vista al cielo otearán seguro alguna de las 150 especies de aves que viven en la comarca, en cuya cumbre, las águilas reales vigilan el territorio. Con lo que se cruzarán seguro será con alguno de los ejemplares mamíferos que habitan este parque como corzos, cabras montesas, caballos o vacas cachenas.
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O Invernadeiro
Vilariño de Conso (Ourense)
El Macizo Central ourensano guarda entre sus montañas el Parque Natural de O Invernadeiro. El gran atractivo de este parque es que no cuenta con poblaciones humanas dentro de sus límites. Todo es naturaleza. Sus extensos paisajes de abrupta montaña bañada por numerosos ríos, conectan a sus visitantes con el mundo natural, en el que todo es silencio y paz. Otro de sus encantos se encuentra en su extensa fauna de mamíferos entre los que se pueden ver corzos, ciervos o cabras bravas. El paisaje de este parque toma grandes cambios a través de las cuatro estaciones del año. Sus hermosas cumbres tapizadas en verde se tiñen de cálidos tonos dorados con la llegada del otoño para luego tornarse blancas con la nieve del invierno cubriéndose de colores malvas con los brezos en la primavera. Estamos seguros de que decidas cuando decidas visitar O Invernadeiro la experiencia de conocer este paraíso será inolvidable.
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Serra da Enciña da Lastra
Rubiá (Ourense)
Emplazado en los valles del río Sil, el Parque Natural da Serra da Enciña da Lastra conforma un singular espacio en el paisaje gallego. Sus cumbres de roca caliza y su flora responden antes a la zona mediterránea que al macizo gallego en el que la historia se escribe en granito. Con bosques formados por especies como las encinas, los castaños, el orégano, el tomillo silvestre o sus más de 25 clases de orquídeas, la Serra da Enciña demuestra que, a veces, la naturaleza tiene sus propios deseos. Cuenta la leyenda que una insigne encina fue la encargada de dar nombre a este parque. Según narra la historia, este árbol de grandes dimensiones, guiaba a los viajeros por las encrucijadas de dichos parajes. Los visitantes que decidan acercarse a conocer este parque natural podrán disfrutar de su curioso paisaje recorriendo sus rutas de senderismo o observando las vistas desde cualquiera de los 9 miradores con los que cuenta. También resulta interesante conocer las aldeas enclavadas en este espacio natural haciendo una parada para apreciar la belleza de su abundante patrimonio religioso.
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Monte Aloia
Tui (Pontevedra)
Declarado como Parque Natural el 4 de diciembre del año 1978, el Monte Aloia fue el primer espacio en Galicia en ser protegido bajo esta figura. A pesar de ser el más pequeño de los 6 parques de la comunidad, los visitantes podrán disfrutar de numerosas actividades en este entorno idílico. Cuenta con una extensa red de caminos que poder recorrer, hasta 6 miradores desde los cuales contemplar la riqueza natural de este enclave y multitud de merenderos en los cuales poder disfrutar de este bello entorno natural. Numerosas leyendas aderezan la historia de este bosque, del cual el 80% de su superficie se encuentra cubierta por árboles. Adentrándonos en este escenario disfrutaremos de un viaje en el espacio y el tiempo a través de restos prehistóricos y romanos.
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