Rutas en bicicleta

La bicicleta: sin duda uno de los medios de transporte más saludables. Sólo tenemos que coger el casco, una mochila con lo básico (agua, comida, recambios…) y el móvil, por si tenemos algún percance o queremos sacar fotos o llamar, claro. Así que… ¡En marcha! ¿Adónde? Ahí van algunas rutas:

Ruta de As Fragas do Eume, Pontedeume (A Coruña). Entre los caminos que hay en este parque natural para andar en bici, este es uno de los más fáciles, quitando alguna subida un poco dura. Es un recorrido circular de 24 km, que empieza y termina en el Centro de Interpretación de As Fragas, que está bien visitar, ya al ida ya a la vuelta, para conocer más a fondo el lugar donde estamos. La ruta tiene variedad, que es donde está el gusto: carretera, pista asfaltada paralela al río, pista sin asfaltar, sendas… Y no sólo pedaleamos entre árboles, con la música del bosque atlántico y del agua del Eume, sino que nos encontramos con el monasterio de San Xoan de Caaveiro, tan bien situado.

Senda Costera de Xove (Lugo). Aquí va una ruta para gente en forma y sin vértigo. Y lineal, de casi 20 km. Comienza en el Parque Etnográfico de Portiño de Morás y va en dirección oeste por los caminos próximos a los acantilados, con mucha subida. En este paisaje, respirando brisa marina de primera, el esfuerzo vale la pena. En unas dos horas y media dibujamos la costa xovense hasta la pista de acceso a la playa de Portonovo, fin del trayecto. Sitio perfecto para descansar, y tal vez darse un baño, antes de emprender la vuelta.

Ruta de O Val de Ulla (A Coruña). Esta es una ruta muy tradicional, con muchos molinos, hórreos, lavaderos… Empieza en la capilla de O Santiaguiño, en Vedra, y abarca 34 km, que se hacen en dos horas y cuarto o por ahí. Podemos parar a estirar las piernas en el Centro de Interpretación dos muíños en O Rego de San Cristovo o en Santo André de Trobe, por ejemplo, con su iglesia de fachada barroca, la rectoral, el crucero y el puente. En la parte final, el camino va pegado al río Ulla, donde también hay áreas recreativas en las que parar.

Camino natural Ribeira Sacra (Ourense). Esta ruta lineal abarca 23,5 km. Empieza en O Alto do Couso, en Maceda, y termina en la estación de Santo Estevo de Ribas de Sil. Ofrece tres ramales: uno va hasta Melón de Abaixo; otro hasta Arcos, y vuelve al camino principal atravesando una frondosa carballeda y, el tercero, empieza en el monasterio de Santo Estevo y termina en la carretera a orillas del Sil. La ruta no es excesivamente exigente y además es muy completa: montaña, bosque, monasterio, río y… ¡vaya vistas!

Ruta de O Barbanza (A Coruña). Esta es una de las más largas y duras, para gente entrenada. Tanto es así que se hace en dos etapas: una de 50 km y otra de 55, redondeando. Hay tramos que van muy cerca de la playa y otros por plena pista forestal. El atractivo de la zona es el complejo dunar de Corrubedo, y los vestigios de arte rupestre que encontramos por el monte. La etapa 1 empieza en Porto do Son, en la Casa de la Cultura de Caamaño y, la 2, en el mirador de San Roque de Ribeira (o viceversa, que para eso es una ruta circular).

Ruta de Castro de Rei (Lugo). Este es un recorrido circular de 47 km, de dificultad moderada, que empieza en la Casa Consistorial de Castro de Rei. Estamos en el corazón de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño, lo que garantiza paisaje de calidad. Nos aguarda un agradable pedaleo sobre pistas asfaltadas y sendas. A mayores, también nos aguarda el Castro de Viladonga y el conjunto histórico de Castro de Rei, por castros que no sea.

Ruta Monte Aloia (Pontevedra). Entre las muchas posibilidades de andar por el Aloia, escogemos esta ruta circular que empieza en Tui, sube hasta los molinos de Tripes y la cascada de Frinxo hasta alcanzar el mirador Celta. Al llegar al albergue del Aloia comenzamos la bajada. Mediana dificultad y 22,5 km en total. ¿Incentivos extras además del parque natural y las vistas? La visita al casco histórico de Tui, por supuesto.

Camino natural de San Rosendo Celanova-Ourense (Ourense). Este camino lineal es largo, como de unos 66 km sumando las dos etapas. Tiene la emoción saber que pedaleamos siguiendo el trazado de las antiguas vías romanas. La primera etapa arranca en la iglesia de Santa Comba de Bande y llega hasta Celanova. De aquí parte la segunda etapa, que termina en Ourense, en la plaza de don Bosco. Por si no nos damos cuenta de estar pisando vías romanas, ahí está el campamento de Aquis Querquennis para recordárnoslo. Por cierto, la ruta entera llega a Foz, adonde había ido San Rosendo para ser nombrado obispo.

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