Es probable que la mayor parte de los gallegos y una buena porción de los foráneos conozcan bien las Fiestas del Apóstol, que se celebran en Compostela alrededor de la muy simbólica fecha del 25 de julio, Día de Galicia; el espectáculo pirotécnico es siempre el centro de la celebración y se retransmite cada año por la Televisión de Galicia, muy seguido en toda la Comunidad. Sin embargo, para los compostelanos hay otras fiestas que se consideran las más populares de la ciudad: las de la Ascensión.
El Día de la Ascensión se celebra en fecha variable cada año. Para saber cuándo cae, hay que contar cuarenta días desde el Domingo de Resurrección: es decir, en este 2018 el día grande de celebración más compostelana tendrá lugar el 10 de mayo. La efeméride conmemora la ascensión de Jesucristo al cielo después de haber anunciado a sus discípulos que les enviaría al Espíritu Santo.
En Compostela la Ascensión es sinónimo de una semana de fiesta de la grande. La mayor parte de los eventos se celebran en la Alameda, escenario en décadas pasadas de una feria de ganado que estaba entre las más concurridas de Galicia. Hoy, los animales se exhiben en el recinto ferial de Amio, mientras que la Alameda es ocupada durante días por numerosas atracciones para niños y mayores. Entre las más visitadas está siempre la enorme noria que cada año se monta en lo alto del promontorio natural, junto a la iglesia de Santa Susana. Es imperdonable estar en Compostela por la Ascensión y no aprovechar la ocasión para subir en ella. Las vistas desde la altura son atípicas y, por la propia característica provisional de la feria, poco frecuentes: situada tan cerca de la zona vieja, la noria permite subir hasta un punto en el que parece posible tocar con la mano las torres de la Catedral. Merece mucho la pena vencer al vértigo.
También es muy tradicional el concurso de caballos que ocupa toda la mañana del día grande de la Ascensión. Ejemplares de Pura Raza Gallega, cruzados, percherones… compiten por ser el mejor. Hay tiempo para un juego tradicional que en Compostela sigue teniendo un arraigo insospechado: la chave. Cada año se disputa durante varios días un torneo en el entorno de Santa Susana que reúne a los mejores jugadores de la comarca, en un espectáculo lleno de pasión y buen humor. Muchos clubes deportivos de la ciudad aprovechan también estos días festivos para organizar campeonatos para niños y mayores.
Y, por supuesto, la música: Compostela se llena de conciertos en la semana de la Ascensión. Los hay para todos los gustos. Las orquestas, para los más bailadores, montan sus escenarios móviles en el paseo de A Ferradura, mientras que muchos grupos locales ofrecen sus canciones de forma gratuita en las plazas de la ciudad, como la del Toural. Los conciertos de grupos internacionales y reconocidos se celebran en un escenario que tiene difícil parangón en el resto del mundo: la regia praza de A Quinta, a la sombra de la Berenguela, la torre del reloj de la Catedral de Santiago.
Actuaciones de corales y de grupos de música tradicional, de la Banda Municipal e incluso de la Real Filharmonía completan el programa de las fiestas más compostelanas.