La Romería de Nosa Señora da Barca, en la localidad coruñesa de Muxía, es una de las más importantes y de mayor tradición de Galicia.
Esta romería es tan antigua como la fundación de su primera capilla, en los siglos XI y XII, y está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. Se celebra durante el segundo fin de semana del mes de septiembre, siendo el domingo el momento culminante de la celebración con una procesión que recorre varias calles de Muxía camino de la Iglesia de Santa María, donde se acoge a la Virgen hasta el día siguiente.
Son miles las personas que inundan las calles de la villa durante esos días para honrar a su patrona. Las gentes llegan peregrinando desde lugares lejanos para disfrutar de esta fiesta donde se conjuntan perfectamente la devoción y la diversión. El camino que conduce al santuario, bordeado por los típicos puestos de velas y roscas, es un hervidero de gente que se dirige a la misa. Al finalizar ésta, la Virgen sale en procesión hasta el puerto, donde realiza la bendición de las aguas. Ese día, además de degustar las calderetas de pescado típicas de la zona, también se visitan sus famosas piedras. Y es que la historia cultural de Muxía va ligada tanto al Santuario de A Barca como a las Piedras de su entorno.
Pero, ¿sabías por qué?
Cuenta la leyenda que cuando Santiago predicaba el Evangelio por estas tierras, en un momento de desolación debido al poco éxito logrado en su predicación, recibió la visita de la Virgen sobre una barca de piedra en la que remaban ángeles, lo que le infundió ánimos para que el apóstol continuase con su labor evangelizadora. Como prueba de su aparición, la barca de la Virgen quedó plasmada en las rocas. Años después, se descubrió la imagen de la Virgen bajo el timón de la barca y se procedió a su traslado a la iglesia parroquial pero, de forma inexplicable, volvió a aparecer en su lugar original. Ante este milagroso hecho, los habitantes de Muxía decidieron construir un santuario para honrar a la Virgen, y es en los alrededores de este santuario situado junto al mar donde se encuentran las rocas usadas en un rito culto pagano que luego fue cristianizado. Son “a Pedra de Abalar”, “a Pedra dos Cadrís”, “a Pedra dos Namorados” y “a Pedra do Temón”.
Este culto a las piedras, muy habitual en Galicia, probablemente deba su origen a la época prerrománica y, según parece, su cristianización se debe a los monjes de Muxía. “A Pedra dos Cadrís” es de visita indispensable para todos aquellos que padezcan problemas reumáticos, para lo cual han de pasar por debajo de ella nueve veces. “A Pedra de Abalar” produce al moverse un sonido misterioso al que la tradición popular atribuye multitud de poderes. Según cuentan, el sonido sólo se produce en caso de ser inocente y estar libre de pecado. También hay quien dice que la piedra emite su sonido por sí sola como aviso de un naufragio o alguna otra desgracia. “A Pedra do Temón” debe su nombre a que, siempre según la leyenda, es el timón de la barca en la que se apareció la Virgen”. Por último, “A Pedra dos Namorados”, la única de las piedras de A Barca cuya tradición no se relaciona con la leyenda mariana. Tiene forma de asiento con un gran respaldo en el cual las parejas se prometen amor y fidelidad.
Todo esto hace que la Romería de Nosa Señora da Barca sea, por lo tanto, una de las más mágicas.
¿No tienes ganas de descubrirla?