Hay fechas que están grabadas a fuego en la historia de algunas ciudades y villas. En Baiona esa efeméride señalada en su calendario es la del 1 de marzo, puesto que fue durante esa jornada del año 1493 cuando en esa localidad del litoral pontevedrés se produjo un acontecimiento que sus vecinos han recordado con orgullo durante siglos y que en los últimos años han convertido en el eje de su fiesta más icónica.
A lo largo de su historia, los habitantes de Baiona han visto en varias ocasiones como las aguas que bañan sus costas y las tierras que rodeaban la ciudad eran la vía de entrada para diversos conflictos. Así había ocurrido, por ejemplo, en el primer tercio del siglo XIV durante la guerra entre Castilla y Portugal con el ataque de una flota lusa. Así había vuelto a suceder en 1388 cuando la amenaza de las tropas inglesas que habían llegado a Galicia a través de A Coruña obligó a la ciudad a rendirse. Y así pasaría una vez más en 1474 cuando se produjo la toma por parte de Pedro Álvarez de Sotomayor.
Pero aquel 1 de marzo de 1493 no iba a tener lugar ningún enfrentamiento armado ni ninguna flota iba a amenazar Baiona. Un único navío llegaba a puerto para anunciar el éxito de una travesía iniciada siete meses antes en el Puerto de Palos. Se trataba de la carabela Pinta, una de las tres embarcaciones que formaban la expedición con la que Cristóbal Colón pretendía abrir una nueva ruta hacia las Indias. Su viaje había culminado con un inesperado éxito el 12 de octubre de 1492 con el desembarco en una pequeña isla caribeña y ya de regreso en la Península, Baiona se convertía con aquella Arribada en el primer puerto de la en recibir a los miembros del viaje y tener noticia de aquella gesta, cuya trascendencia real aún tardaría unos años en ser reconocida.
Más allá de las discusiones académicas acerca de quiénes fueron los primeros europeos en alcanzar América, sobre si Colón creía haber llegado a las Indias o había iniciado ya su travesía en busca de un continente de cuya existencia tenía algún indicio, o acerca del momento exacto en que se tomó conciencia del lugar al que había llegado su expedición al otro lado del Atlántico, lo cierto es que la llegada de la Pinta a Baiona fue un acontecimiento de gran valor simbólico. Además, sentó las bases de la importancia que la localidad desempeñaría en el futuro comercio entre Europa y América. Así se pone de manifiesto hoy en día en uno de los múltiples lugares de la localidad que guardan la memoria de aquella época: la Casa de la Navegación. Este inmueble situado en el casco histórico de la villa y conocido también como Casa Carvajal alberga una exposición que recorre toda la historia de Baiona, aunque prestando una atención especial a su relación con el mar y su papel en las rutas comerciales.
Pero el principal monumento que recuerda aquella Arribada del 1 de marzo de 1493 es la réplica de la carabela Pinta construida a comienzos de los años 90 del siglo pasado para conmemorar el quinto centenario del descubrimiento de América y que permanece amarrada en el puerto de la localidad a modo de museo. En su interior se pueden contemplar figuras que recrean a los tripulantes y a los nativos que los acompañaron en su viaje de vuelta, así como metales, plantas, alimentos y animales traídos de aquellas tierras.
No muy lejos del puerto, en el paseo da Ribeira, se encuentra un elemento relacionado directamente con aquella Arribada. Es el Pozo da Aguada, llamado así porque fue el lugar que empleó la tripulación de la Pinta para abastecerse de agua y volver al mar el 11 de marzo de 1493 con destino al Puerto de Palos para completar así su travesía. Otros monumentos diversos nos recuerdan también la importancia de la Arribada. A los pies del recinto de Monterreal se alza el conjunto escultórico que forma el Monumento al encuentro entre dos mundos levantado con motivo de los actos del quinto centenario, y en la plaza de Pedro de Castro una gran roca de 20 toneladas luce desde el año 1965 una carabela esculpida en la piedra y una placa conmemorativa de la llegada de la Pinta a Baiona. En el paseo Ribeira se puede ver, asimismo, un mural confeccionado sobre azulejos que recrea el rumbo de la carabela y que fue inaugurado con motivo del 470 aniversario de la Arribada. A su lado, una placa colocada en 1993 recuerda a toda la tripulación de la Pinta, aunque su capitán, Martín Alonso Pinzón, ya disponía desde el año 1977 de una escultura en su honor en un destacado espacio frente al mar.
El recuerdo de aquel 1 de marzo de 1493 es también motivo de celebración en Baiona a través de una popular cita que arrancó como festivo local en 1974 y que desde hace un cuarto de siglo se ha convertido en una gran fiesta de ambientación histórica y éxito multitudinario. Durante el fin de semana más próximo al 1 de marzo, el casco viejo de la localidad viaja al pasado a través de un mercado medieval poblado por músicos, juglares, artesanos, malabaristas y otros personajes diversos. El programa de actos habitual incluye también recreaciones relacionadas con el desembarco de Pinzón y su tripulación en Baiona y celebraciones oficiales.
El contenido y el éxito de la Festa da Arribada han propiciado que la celebración goce desde el año 2015 de la consideración de fiesta de interés turístico internacional. Por eso en este 2021 marcado aún por la covid y las consiguientes restricciones, aunque en Baiona han tenido que aplazar los actos que deberían celebrarse a estas alturas del mes de marzo, no renuncian a disfrutar de su fiesta y mantener vivo el recuerdo de una de las fechas grandes de la historia. La Arribada se prepara ya para regresar con fuerza el próximo mes de octubre.
Doy fe de lo extraordinario de estas fiestas y de lo que representan, en https://quiendescubrio.es/quien-descubrio-america/ informan mucho y bien de la historia que representa el descubrimiento en esta localeidad.