
El verde de los prados y el azul del mar enmarcan esta hermosa playa en la cual se bañaban hace dos mil años los antepasados de los actuales lucenses.
Más de 300 metros de acantilados horadados a la manera de las catedrales góticas. Un espectáculo de la Naturaleza en estado puro.
Amplio arenal muy frecuentado en verano por los turistas. En los alrededores existe un camping.