5 imprescindibles si visitas A Coruña

Si vamos a Coruña por primera vez, es fácil desorientarse. ¿Cómo? ¿Voy por esta calle y llego a la playa y doy la vuelta y también hay mar? ¿Esto es una isla o qué? Pues no, es una península, y precisamente es en el istmo donde se encuentra el centro de la ciudad. Esto también hace que a veces dé la sensación de que nos hemos dejado una ventana abierta, cosa que en verano se agradece.

A Coruña es una ciudad muy animada. Tiene un poco de todo: playas, puerto, monte, campo, monumentos, museos… Todo sin salir del casco urbano. Veamos las paradas obligadas:

Cantones y Plaza de María Pita. Los Cantones se levantaron en lo que antiguamente se llamaba Pescadería, la ampliación de la Ciudad Vieja. Es una de las zonas más populares de Coruña, muy de pasear. En realidad, son dos calles seguidas: el Cantón Grande, de Rúa Nova a Santa Catalina, y el Cantón Pequeño, que continúa hasta la Plaza de Mina. Van paralelos a los jardines de Méndez Núñez, en el Relleno.

Aquí están las fundaciones y las sedes de los bancos más importantes. Precisamente, el edificio del Banco Pastor, de 1925, fue el edificio más alto de España hasta la construcción del de Telefónica en Madrid, cuatro años después.

En el Cantón Grande, ya casi empezando la Calle Real, está el Obelisco, una columna conmemorativa rematada en reloj, erigida en honor de Aureliano Linares Rivas en 1895. Es un lugar típico para las citas, igual que el antiguo cine Avenida.

Y cruzando los Cantones llegamos a la Calle Real, acogedora, peatonal y llena de comercios, con muchas joyas modernistas., llegamos a Riego de Agua, donde está el Teatro Rosalía de Castro, y después a la Plaza de María Pita. Por cierto, si damos la vuelta a la calle, vemos las famosas galerías de La Marina.

La Plaza de María Pita se levantó en el siglo XIX después del derribo de la muralla, para conectar la Pescadería con la Ciudad Vieja, Se trata de un rectángulo de unos 10.000 m2, rodeado de edificios con soportales y galerías. O protagonista é o pazo municipal, rematado por Pedro Mariño en 1918. La otra protagonista es la estatua de María Pita, de Xosé Castiñeiras, de 1998, que homenajea a la heroína coruñesa, clave en la victoria sobre los ingleses en 1589. Hay muchos locales de hostelería con terrazas a prueba de lluvias en estructuras acristaladas. En la plaza se hacen muchos conciertos, hasta de la Sinfónica, en la Semana Clásica de las Fiestas de María Pita. 

Torre de Hércules. Es el símbolo de la ciudad. Presente en el escudo y en el propio gentilicio de la gente coruñesa, también llamada herculina. Es el único faro de origen romano, de c. siglo I d. C., todavía en funcionamiento en todo el mundo. Después de sucesivas remodelaciones, eso sí. Hay una inscripción en piedra en la que se cita como arquitecto a Caius Servius Lupus, de Lusitania.

Después de subir más de 200 escalones, tenemos unas estupendas vistas de A Coruña y de la ría. Y, como en la leyenda, puede que en días despejados alcancemos a ver Irlanda. Desde 2009 es Patrimonio de la Humanidad.

Hay cuatro rutas que recorren los alrededores: Campo da Rata, Punta Herminia, Península de la Torre y Playa de A Lagoa. Además, hay un parque lleno de esculturas referidas a la mitología y al mar.

Parque de San Pedro. El monte de San Pedro tiene una situación tan estratégica que en 1933 se convirtió en una atalaya defensiva, con una batería de enormes cañones ingleses que por suerte, solo fueron usados en prácticas. En 1966 dejaron de funcionar las instalaciones militares y, en 1999, se inauguró el parque. Los enormes cañones forman parte de él, como esculturas o miradores a los que subirse.

El parque cuenta con un centro de interpretación de la batería, estanque, merendero, laberinto vegetal, aparcamiento, restaurante, senderos… Podemos bajar la ladera en el Ascensor Panorámico, que parece una burbuja. También hay buenas vistas en la Cúpula Atlántica, mirador cubierto de 360º, con contenidos interactivos. 

Museos científicos. En A Coruña hay tres museos interactivos que tienen mucho en común, son los Museos Científicos Coruñeses. Además del contenido permanente, todos hacen exposiciones, talleres, cursos… Son muy entretenidos y didácticos. Hay bonos especiales para acceder a los tres con rebaja, y una tarjeta tarifa plana para el acceso anual a los tres también. 

La Casa das Ciencias, en el palacete del Parque de Santa Margarita, fue el primero, en 1985. Tiene un planetario y tres plantas de exposiciones. En el hueco de la escalera oscila un enorme péndulo de Foucault.

La Domus es el primer museo interactivo del mundo dedicado al ser humano. Tiene un laboratorio abierto y el maker@domus, para hacer experimentos y tecnología con nuestras propias manos. El edificio es de Isozaki, de 1995.

El Aquarium Finisterrae está dedicado al mar. La sala más famosa es la Nautilus, que nos lleva al camarote del capitán Nemo, rodeado de tiburones, lubinas, meros…

La Ciudad Vieja. Aquí está el origen de A Coruña, alrededor de las iglesias de Santiago, la más antigua, y la colegiata de Santa María del Campo. Entonces se llamaba Ciudad Alta. En 1984 fue declarada Monumento histórico-artístico, y años después, se hizo peatonal. Todavía quedan restos de las murallas del siglo XVI: en el Parrote, enfrente de la Capitanía y en el Jardín de San Carlos.

En la Ciudad Vieja vivieron Rosalía, José Cornide, Pardo Bazán, María Pita… Y está la Real Academia Galega y el Arquivo do Reino de Galicia. Darse un paseo por la Plaza de Azcárraga, descansar en un banco enfrente de la fuente de la Fama o ir a la Plaza de las Bárbaras es algo inspirador. Y el espacio más romántico: el Jardín de San Carlos, donde descansa Sir John Moore, con vistas al mar. Y, si queremos viajar en el tiempo, hay que ir a la Feira das Marabillas, en verano, cuando la Ciudad retrocede a la Edad Media.

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