Existen innumerables formas de recorrer Galicia: a través de sus pueblos, de su historia, de sus tradiciones, de su gastronomía, de sus ríos, de sus montañas, de su patrimonio… e, incluso, de su poesía. Los versos se han dejado contagiar también por la belleza de esta tierra propiciando que algunos de nuestros autores más ilustres se identifiquen de forma inequívoca con los paisajes a los que cantaron.
Antonio Noriega Varela
El poeta de la montaña
Los paisajes de su Mondoñedo natal y de otros municipios lucenses como Abadín inspiraron los versos de Antonio Noriega Varela (1869-1947) propiciando que fuese conocido como el Poeta de la Montaña. De hecho, su primera obra se tituló “Montañeses”, aunque en ediciones posteriores y ampliadas pasaría a denominarse “D’o ermo”. En sus poemas se ve la influencia de los vínculos que mantuvo durante buena parte de su vida con el movimiento agrarista, de tal forma que las estampas de la vida campesina se entremezclan con las evocaciones del paisaje y la naturaleza. Fue homenajeado en el año 1969 con el Día das Letras Galegas.
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Non me namora o mar fero,
que a moitos tanto lles gusta;
a ti, montaña, che eu quero,
e non morro, porque espero
gozar da túa paz augusta.
(…)
Rosalía de Castro
La gran poetisa de Galicia
Considerada como una figura clave de la cultura gallega, Rosalía de Castro (1837-1885) destaca por haber jugado un papel fundamental en la recuperación del prestigio del idioma gallego y por conjugar ese hecho con la indiscutible calidad de sus creaciones literarias. Asociada tradicionalmente al romanticismo por sus composiciones más intimistas, en sus versos hay también espacio para la reivindicación y la denuncia social, así como para recrearse en muchos de los lugares en los que pasó diversos momentos de su vida y que la marcaron profundamente. El santuario de la Virxe da Barca, en Muxía; la iglesia de San Julián de Bastavales, en Brión, y la catedral y otros espacios de Santiago de Compostela son algunos de los lugares que van desfilando por los versos de la gran poetisa gallega, autora que además inauguró en 1963 la celebración del Día das Letras Galegas.
“Cantart’ ei, Galicia,
Teus dulces cantares,
Qu’ asi mó pediron
Na veira do mare.
Cantar t’ ei, Galicia,
Na lengua gallega,
Consolo dos males,
Alivio das penas.”
(…)
Manuel María
El poeta de A Terra Chá
Manuel María (1929-2004) se desenvolvió de forma prolífica y brillante en los géneros literarios más diversos (ensayo, narrativa, teatro…) abordando numerosas temáticas y mostrando siempre un carácter combativo y comprometido. Pero fue en el campo de la poesía donde la obra de este autor homenajeado en el año 2016 con el Día das Letras Galegas alcanzó su cumbre. Tras una primera etapa caracterizada por una poesía intimista, María inauguró con “Terra Chá” un período en el que sus versos se fijan en los paisajes de dicha comarca lucense. La influencia de Noriega Varela es clave en esa nueva orientación y de igual manera que el autor de D’o Ermo es conocido como el poeta da Montaña, María pasa a ser calificado como el poeta da Terra Chá.
“A Terra Chá somentes é
un pobo aquí, outro acolá,
mil arbres, monte raso,
un ceo chumbo e tráxico
no que andan as aves a voar.
O resto é soedá.”
Manuel Antonio
El poeta del mar
Su prematura muerte, con solo 30 años a causa de la tuberculosis, y su escasa producción literaria (poco más de un centenar de poemas) no han impedido que Manuel Antonio (1900-1930) sea considerado uno de los principales representantes de las vanguardias poéticas en Galicia, hecho clave además para que en el año 1979 fuese homenajeado con el Día das Letras Galegas. Solo publicó un poemario en vida, “De catro a catro. Folla sin data d’un diario d’abordo”, escrito durante las prácticas de piloto de la marina mercante que realizó durante los años 1926 y 1927 a bordo del buque Constantino Candeira, pero la importancia de la obra y el eje central que la inspira son algunos de los motivos por los que Manuel Antonio es citado habitualmente como el poeta del mar.
“Fomos ficando sós
O Mar o barco e mais nós
Roubaron-nos o Sol
O paquebote esmaltado
que cosía con liñas de fume
áxiles cadros sin marco”
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Uxío Novoneyra
El poeta de O Courel
Nacido en el corazón del Courel, muy cerca de la Devesa da Rogueira, Uxío Novoneyra (1930-1999) nunca dejó de tener presente su tierra natal, a la que volvió una y otra vez tras los diversos períodos en los que vivió en ciudades como Madrid, Lugo y Santiago. Aquellos paisajes inspiraron buena parte de su producción poética, tal como se puede ver en los dos tomos de “Os Eidos” y en “Elexías do Courel e outros poemas”. Mantuvo una estrecha amistad con otros poetas como Manuel María y María Mariño y fue homenajeado con el Día das Letras Galegas en el año 2010. La intensa actividad que desarrolló durante parte de su vida llevando la poesía a centros de enseñanza y entidades sociales hicieron que además de por sus poemas, Novoneyra fuese muy conocido por la forma con la que daba voz tanto a los versos propios como a los de otros autores.
“Caurel dos tesos cumes que se ollan de lonxe!
Aiquí… síntese ben o pouco que é un home…“
Luz Pozo Garza
La poetisa de Ribadeo
La propia Luz Pozo Garza (1922-2020) así lo manifestó en más de una ocasión: Ribadeo, la villa que la vio nacer y en la que pasó los primeros años de su infancia, la marcó profundamente y estuvo siempre muy presente en su producción poética. Los recuerdos de la infancia allí vivida se dejan ver en una obra fundamental de la poesía gallega contemporánea, como “Códice Calixtino”, y alcanzan su máxima expresión en el volumen “Ribadeo, Ribadeo”.
“Ribadeo, Ribadeo.
Eu era aquela nena
que medraba na mariña lucense
ó leste dun edén,
no espacio extremo das fisterras.
Ti eras o xardín aberto xusto na nordesía
na seducción da luz.”
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Ramón Cabanillas
El poeta de la raza… y de Samos
El compromiso político con el galleguismo de Ramón Cabanillas (1876-1959) y la forma de manifestarlo en su obra literaria lo convirtieron en la voz de las Irmandades da Fala y le valieron el sobrenombre de “poeta de la raza”. Pero en la obra del autor cambadés también hubo espacio para los versos más intimistas y para recrearse en algunos de los lugares que recorrió a lo largo de la vida. Es el caso de “Samos”, un poemario en el que expresó de forma lírica el tiempo y las vivencias acumuladas durante las estancias que el autor recordado con el Día das Letras Galegas del año 1976 pasó en el monasterio benedictino de la localidad lucense que da nombre a esa obra.
“Como un ramalliño de rosas sangales
pañadas nos folios dos vellos anales
nos místicos hortos, nas edras claustrales
nos ritos antergos, nos áureos corales,
surdeu esta estoria trazada e tecida
en prácidas horas á veira da ermida,
do edoso alcipreste, da fonte durmida,
compás da enlevada, monástica, vida”.
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Eduardo Pondal
El Bardo de Bergantiños
Los paisajes y lugares de la comarca de Bergantiños, en la que nació y desenvolvió buena parte de su vida Eduardo Pondal (1835-1917) cobran una importancia especial en la obra del autor que junto con Rosalía de Castro y Curros Enríquez forma el trío de grandes poetas del Resurgimiento cultural gallego. Pondal, al que se le dedicó el Día das Letras Galegas del año 1965, hizo desfilar tanto su Ponteceso natal como otros municipios vecinos por sus versos. En ocasiones convirtió los nombres de algunos lugares en fuente de inspiración para los personajes míticos de sus poemas y en otros casos recreó recuerdos a través de paisajes naturales y monumentos.
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“Amabre Ponteceso, anque pequena,
agreste certamente, mas garrida,
cando deixar a mundanal faena
teu bardo e for pasado desta vida,
non t’esquezas de quen, con faz serena,
dixo a toda ciudade fementida:
Eu nacín cabo de pinal espeso,
eu nacín na pequena Ponteceso”
Johan de Cangas, Meendinho y Martin Codax
Los trovadores de la ría de Vigo
Aunque se sabe muy poco sobre estos tres trovadores y es escasa la producción poética que se ha conservado hasta nuestros días, su papel es capital en las letras gallegas (así les fue reconocido en el año 1998) como representantes de la importancia que la lengua gallego-portuguesa jugó en la Edad Media como forma de manifestación cultural. En los tres casos podemos apreciar en sus cantigas de amigo (composiciones en las que una enamorada muestra su pesar por la ausencia de su amado) paisajes reconocibles de la ría de Vigo y sus aledaños, como la propia ciudad, en el caso de Martín Codax; la ermita de San Mamede (Bueu), en las tres cantigas de Johan de Cangas, y la isla de San Simón, donde Meendinho sitúa a la amada que da voz a sus versos.
“Sedia-m’eu na ermida de San Simión
e cercaron-mi as ondas, que grandes son.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?
Estando na ermida ant’o altar,
cercaron-mi as ondas grandes do mar.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?
E cercaron-mi as ondas, que grandes son:
non hei i barqueiro, nen remador.
Eu atendend’o meu amigo. E verrá?
(…)